Intel, el gigante fabricante de chips, experimentó un importante revés cuando sus acciones se desplomaron un 12% el viernes, marcando la mayor caída desde julio de 2020. La espiral descendente fue consecuencia directa del pronóstico de la compañía para el trimestre actual, que quedó muy por debajo de las estimaciones de los analistas.
A pesar de superar las expectativas de beneficios y ingresos en su informe de ganancias publicado el jueves pasado, las perspectivas de Intel para ganancias ajustadas de 13 centavos por acción y ventas entre $12.2 mil millones y $13.2 mil millones no cumplieron con las proyecciones de los analistas de ganancias por acción (EPS) de 33 centavos y $14.15 mil millones de ingresos.
El impacto en la industria
La guía de ingresos inferior a lo esperado de Intel para el primer trimestre envió ondas de choque en toda la industria, con todas las estimaciones de los analistas quedando cortas según la investigación de CNBC. Mientras que ciertos segmentos de la industria de semiconductores, especialmente aquellos relacionados con los chips de inteligencia artificial, están experimentando un crecimiento notable debido a una fuerte demanda, otros aspectos, incluyendo las unidades centrales de procesamiento (CPUs), están luchando por ganar el mismo impulso. El débil desempeño en esta última área es principalmente responsable del error en las ganancias.
Las causas de la falta de pronóstico
Durante la conferencia de ganancias, el CEO de Intel, Patrick Gelsinger, arrojó luz sobre los factores que contribuyeron a la falta de ventas en el primer trimestre. Gelsinger indicó que la debilidad en Mobileye, donde Intel tiene una participación mayoritaria, así como en la unidad de chips programables de la compañía, estaban afectando negativamente el rendimiento. Sin embargo, tranquilizó a los analistas al afirmar que los negocios principales de Intel, los chips para PC y servidores, que representan el núcleo del negocio de la compañía, permanecían «saludables» y reportarían ventas en el extremo inferior del rango estacional habitual.
La visión del analista
El analista de Deutsche Bank, Seymour Ross, comentó la situación, destacando que si bien la importante falta de ganancias era sin duda un desarrollo negativo, los impulsores de la debilidad residían principalmente fuera de los segmentos principales de Intel. Ross señaló que las divisiones de CPUs para PC y centros de datos de Intel, que tradicionalmente contribuyen significativamente a los ingresos de la compañía, no fueron los principales culpables detrás del pronóstico decepcionante. Esto proporcionó un rayo de esperanza para las perspectivas de la compañía.
El impacto en las acciones de Intel
Después de la importante caída en las acciones de Intel, el precio de las acciones cotizaba a $43.68 a partir de la tarde del viernes. Esto representaba una disminución del 13% en lo que va del año a pesar de casi duplicarse en valor en 2023. La respuesta del mercado sugería una sensación de decepción e inquietud sobre el rendimiento futuro de Intel, con los inversores reaccionando negativamente al débil pronóstico.
Las acciones de Intel se desplomaron un 12%, experimentando su mayor caída desde julio de 2020, después de que el pronóstico de la compañía para el trimestre actual no cumpliera con las expectativas de los analistas. Si bien Intel superó las estimaciones de beneficios e ingresos, las perspectivas decepcionantes desencadenaron una respuesta negativa en el mercado. La debilidad en áreas como Mobileye y la unidad de chips programables afectó el rendimiento general de las ventas, aunque los negocios principales de Intel, como los chips para PC y servidores, se mantuvieron relativamente sólidos. A medida que la compañía se esfuerza por navegar por estos desafíos, los inversores y observadores de la industria esperan ansiosos los próximos pasos de Intel para recuperar impulso y restaurar la confianza del mercado.
Deja una respuesta