Anthropic, la startup de inteligencia artificial que desafía a OpenAI, ha despertado interés de varios inversores, incluidos fondos soberanos. Sin embargo, la empresa ha tomado una decisión estratégica de excluir a Arabia Saudita de su lista de posibles patrocinadores. Citando preocupaciones de seguridad nacional, los ejecutivos de Anthropic han optado por no aceptar dinero de los saudíes, a pesar del considerable potencial de inversión del país.
La participación en Anthropic actualmente en venta pertenecía originalmente a FTX, un intercambio de criptomonedas fundado por Sam Bankman-Fried. Con FTX enfrentando la bancarrota, la venta de acciones de Anthropic es inminente, con los ingresos destinados a reembolsar a los clientes de FTX. La participación del 8%, comprada por $500 millones hace tres años, ya ha duplicado su valor a más de $1 mil millones debido al reciente crecimiento de la industria de inteligencia artificial.
Las acciones se están vendiendo al precio de la última valoración de Anthropic de $18,4 mil millones, atrayendo el interés de un sindicato de nuevos inversores que buscan capitalizar el potencial de la empresa. A pesar de la exclusión del dinero saudí, Anthropic ha logrado recaudar alrededor de $7 mil millones de importantes jugadores tecnológicos como Amazon, Alphabet y Salesforce. Su ventaja competitiva en el panorama de la inteligencia artificial, particularmente a través de su gran modelo de lenguaje que rivaliza con el ChatGPT de OpenAI, lo ha posicionado como una opción principal para los inversores que buscan capitalizar los avances en inteligencia artificial.
Por otro lado, el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF), con activos que superan los $900 mil millones, ha estado buscando activamente oportunidades para diversificar los ingresos de la nación lejos del petróleo. Su inversión en tecnología, incluidas las conversaciones con la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz para establecer un fondo de inteligencia artificial de $40 mil millones, subraya las ambiciones del reino en el sector tecnológico. Sin embargo, las preocupaciones sobre los lazos del fondo con tecnología de uso dual y problemas de derechos humanos han levantado banderas rojas para posibles colaboradores, lo que ha llevado a desafíos para forjar asociaciones internacionales.
La intrincada relación entre Anthropic, fondos soberanos y consideraciones éticas sobre las elecciones de inversión resalta la complejidad del panorama financiero de la industria tecnológica. A medida que países como Arabia Saudita aspiran a modernizar sus economías e invertir en tecnologías de vanguardia, cuestiones como la seguridad nacional, los derechos humanos y el escrutinio regulatorio cobran importancia. Navegar por estos desafíos será crucial tanto para startups como Anthropic como para fondos soberanos que buscan asegurar inversiones estratégicas en el dinámico mercado de inteligencia artificial. En última instancia, las decisiones tomadas por los actores clave en este ecosistema darán forma al futuro de la innovación en inteligencia artificial y las asociaciones económicas globales.
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