En los últimos años, ha crecido la creencia de que la tecnología está exenta de reglas y regulaciones legales. Sin embargo, esta noción será desmentida en 2024, ya que los tribunales y los reguladores de todo el mundo demostrarán que el excepcionalismo tecnológico es simplemente una falacia. La marea ya ha comenzado a cambiar y, mediante la aplicación agresiva de las normas existentes, se hará evidente el cambio. Este artículo examina el cambio de paradigma en la regulación de la tecnología y destaca las diversas herramientas legales que los tribunales y los reguladores emplearán para abordar los desafíos planteados por la tecnología.

Estados Unidos, sin una legislación federal de privacidad, ha sido testigo de cómo los reguladores han utilizado leyes existentes para abordar las brechas de privacidad de las grandes tecnológicas. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) ha tomado medidas significativas en protección al consumidor, imponiendo una multa de medio billón de dólares al fabricante de Fortnite, Epic Games, por sus patrones oscuros de engaño. La FTC también ha impuesto multas masivas a Amazon por violaciones de privacidad a través de dispositivos como Alexa y las videoporteros Ring.

En 2024, podemos anticipar el continuo impulso de la FTC, con la aparición de normas futuras que regulen la vigilancia comercial y la seguridad digital. Este enfoque proactivo probablemente inspirará a los reguladores en otras jurisdicciones a seguir su ejemplo.

Más allá de Estados Unidos, los reguladores de todo el mundo adoptarán medidas más rigurosas para enfatizar que ninguna empresa está por encima de la ley. En 2022, la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) de Francia impuso a Clearview AI una multa récord de 20 millones de euros por incumplir una sentencia que exigía el cese de la recopilación y uso de datos en territorio francés. Se espera que las penas más significativas se acumulen en 2023, demostrando la determinación de la CNIL.

El CEO de OpenAI, Sam Altman, inicialmente apoyó la regulación global de la IA, pero expresó reservas sobre la Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea (AI Act). Los reguladores, como la Autoridad Italiana de Protección de Datos (DPA), ya han demostrado su capacidad para restringir temporalmente las tecnologías de IA utilizando regulaciones existentes. Las demandas en curso por propiedad intelectual, como la que se lleva a cabo contra Microsoft, podrían afectar aún más el modelo de negocio de la IA generativa en 2024.

Además de abordar los impactos individuales, los tribunales y los reguladores están considerando cada vez más las implicaciones sociales, de mercado y empresariales más amplias de la tecnología. Las acciones antimonopolio iniciadas en Estados Unidos y la Unión Europea en 2023 han puesto en duda el dominio de Google en el mercado de la tecnología publicitaria, lo que podría desafiar el modelo de publicidad programática que sustenta Internet tal como lo conocemos hoy.

En 2024, el vacío regulatorio que durante mucho tiempo han disfrutado las grandes tecnológicas comenzará a cerrarse. Mientras se crean nuevas leyes y regulaciones, como la Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea, la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales, las normas existentes seguirán aplicándose para combatir los daños causados por la tecnología en la vida real. El arsenal legal abarcará una variedad de campos, como derechos humanos, libertades civiles, competencia, derechos del consumidor, propiedad intelectual, difamación, responsabilidad civil y derecho laboral.

En los próximos años, la creencia en el excepcionalismo tecnológico se derrumbará bajo el escrutinio legal. El año 2024 marca un punto de inflexión en el que los reguladores de todo el mundo utilizarán herramientas legales existentes con mayor determinación para garantizar la responsabilidad y proteger a individuos, la sociedad y los mercados de las repercusiones adversas de la tecnología. Este cambio en la mentalidad regulatoria es necesario desde hace mucho tiempo y allanará el camino para un panorama tecnológico más equilibrado y responsable. A medida que la tecnología se entrelaza cada vez más con nuestra vida diaria, la aplicación proactiva de leyes y regulaciones frente a la rápida innovación se convertirá en la norma en lugar de la excepción. Mediante la utilización efectiva de los marcos legales, los tribunales y los reguladores pueden desempeñar un papel fundamental en la configuración del futuro de la tecnología para mejorarlo.

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