Cuando el servicio de su teléfono móvil falló esta semana debido a una interrupción en la red de AT&T, Bernice Hudson no entró en pánico. Simplemente llamó a las personas con las que quería hablar de la forma más tradicional: a través de su teléfono fijo, el tipo de teléfono con el que creció y se niega a deshacerse a pesar de tener un teléfono móvil. «No me malinterpreten, me gustan los teléfonos móviles», dijo la residente de Alexandria, Virginia de 69 años el día de la interrupción. «Pero sigo siendo de la vieja escuela». Tener una línea fija que funcione la coloca en una compañía selecta. En una Estados Unidos cada vez más digital, las líneas fijas son cada vez más un vestigio de una época pasada, un anacronismo de una era ahora incomprensible en la que salir de casa significaba estar fuera del alcance de los llamantes.
Aunque la interrupción del servicio reveló su utilidad, hoy en día las líneas fijas son una rareza en Estados Unidos. Según las estimaciones más recientes del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, aproximadamente el 73 por ciento de los adultos estadounidenses en 2022 vivían en hogares con solo teléfonos móviles y sin líneas fijas, mientras que otro 25 por ciento vivían en hogares con ambos. Apenas un poco más del 1 por ciento tenía solo líneas fijas.
¿Qué ha impulsado este cambio? Según Michael Hodel, analista de acciones de Morningstar Research Services LLC que sigue a la industria de telecomunicaciones, el cambio fundamental fue la transformación de los teléfonos en computadoras saturadas de datos que llevamos en nuestros bolsillos. La introducción del primer iPhone de Apple en 2007 marcó un punto de inflexión significativo en la relación de las personas con sus dispositivos móviles.
La introducción de nuevas tecnologías impacta directamente en las anteriores. El surgimiento de los smartphones ha llevado a un cambio en la forma en que utilizamos los teléfonos fijos. Brian Ott, profesor de comunicación y medios en la Universidad Estatal de Missouri, señala que la lógica de la telefonía móvil ha permeado toda nuestra sociedad, incluso para aquellos que todavía tienen líneas fijas.
La rápida adopción de nuevas tecnologías puede tener sus propios problemas. El reciente apagón en la red celular plantea preguntas sobre cómo la sociedad lidiaría con una interrupción más amplia en un mundo donde las líneas fijas ya no son tan comunes. Aunque el servicio de telefonía móvil suele ser suficiente y ha mantenido a la mayoría de la gente satisfecha, eventos como este nos recuerdan la importancia de estar preparados para diversas situaciones.
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