El Poder Judicial de los Estados Unidos publicó su informe anual de fin de año sobre el Poder Judicial Federal el domingo, proporcionando un resumen del trabajo y los logros de la corte en el último año. El informe, redactado por el Juez Presidente John Roberts, también incluye un comentario sobre el uso creciente de la inteligencia artificial (IA) en el sistema judicial, explorando sus beneficios, desafíos e implicaciones éticas. Las reflexiones del Juez Presidente Roberts en el informe se producen en un momento en que la IA está siendo rápidamente omnipresente, planteando preguntas sobre su potencial para transformar cientos, potencialmente miles, de profesiones, incluyendo abogados y jueces. «Cada año, utilizo el Informe de Fin de Año para abordar un tema relevante para todo el sistema judicial federal», dice Roberts en el informe, subrayando la importancia de la IA en el discurso actual. En el informe, Roberts adopta una perspectiva histórica, comparando la llegada de la electricidad en el campo de América con la era moderna de la tecnología de la información. «A veces, la llegada de una nueva tecnología puede cambiar drásticamente el trabajo y la vida para mejor», comienza, preparando el escenario para una discusión matizada sobre la innovación y sus consecuencias. Estableciendo paralelismos con inversiones tecnológicas pasadas como el componedor de Paige, que llevó a la ruina financiera de Mark Twain debido a su complejidad y falta de comercialización, el informe destaca la naturaleza impredecible del avance tecnológico. «Pero no todas las historias de inversión tecnológica terminan bien», advierte el Juez Roberts, sugiriendo que si bien la IA ofrece promesas, su trayectoria sigue siendo incierta. El informe reflexiona sobre la adopción gradual de la tecnología en el sistema judicial, observando el paso de plumas de ave a computadoras personales y bases de datos electrónicas. «Aquellos de nosotros que nos maravillamos de los nuevos y voluminosos sistemas informáticos tempranos en los lugares de trabajo legales difícilmente podríamos haber anticipado las conversaciones ubicuas de hoy en día sobre si y cuándo las computadoras podrían reemplazar todo tipo de profesiones, especialmente abogados», observa Roberts, reconociendo el debate en curso sobre el potencial de la IA para suplantar roles humanos. Sin embargo, el informe afirma la resiliencia y adaptabilidad del sistema judicial ante el cambio tecnológico, al tiempo que implícitamente asegura que los jueces humanos siguen siendo indispensables. «Estoy seguro de que no estamos [a punto de quedarnos obsoletos]», afirma Roberts, enfatizando el equilibrio entre abrazar la innovación y preservar los elementos humanos esenciales de la jurisprudencia. Esta contemplación se produce mientras la profesión legal lucha con la integración de la IA en tareas que van desde la investigación legal hasta el análisis predictivo. Según un informe reciente de Deloitte, alrededor del 39 por ciento de los trabajos legales tienen un «alto riesgo» de ser automatizados en las próximas dos décadas. Del mismo modo, un informe reciente de McKinsey estima que el 23 por ciento del trabajo típico de un abogado puede ser automatizado. El uso de la IA en el sistema legal tampoco está exento de desafíos y consideraciones éticas. Si bien la IA puede mejorar la eficiencia y el acceso a la información legal, persisten preocupaciones sobre el sesgo algorítmico, la transparencia y la pérdida del juicio humano. El mensaje del informe parece ser uno de optimismo cauto, un llamado a aprovechar los beneficios de la IA mientras se es consciente de sus limitaciones y posibles inconvenientes.
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