Estados Unidos se está moviendo hacia la imposición de más restricciones para frenar la competencia de China, marcando una tendencia de desacoplamiento entre los dos gigantes económicos. Steven Okun, fundador y CEO de la consultora APAC Advisors, afirmó que el desacoplamiento está ganando impulso y destacó la necesidad de evaluar el alcance y la amplitud de estas restricciones.
Un voto bipartidista de 50-0 avanzó un proyecto de ley que podría requerir que la empresa china ByteDance venda TikTok, una popular aplicación de intercambio de videos, o enfrentarse a una prohibición en los EE. UU. El presidente de la Cámara, Mike Johnson, destacó preocupaciones sobre TikTok como una amenaza para la seguridad nacional debido a su propiedad por ByteDance, que tiene vínculos con el Partido Comunista Chino. El Comité Selecto sobre el Partido Comunista Chino enfatizó la necesidad de un ‘reinicio’ en las relaciones con China, abogando por prevenir que entidades chinas accedan al mercado estadounidense para mitigar los riesgos asociados con la colaboración con el gobierno chino.
Los esfuerzos en curso para restringir la influencia china se extienden más allá de TikTok para incluir sectores como semiconductores, vehículos eléctricos (EV) y biotecnología. El Senado de EE. UU. aprobó recientemente un proyecto de ley que podría limitar las relaciones comerciales con las empresas biotecnológicas chinas WuXi AppTec y BGI por motivos de seguridad nacional, señalando un esfuerzo más amplio por asegurar industrias críticas.
Se han planteado preocupaciones sobre el impacto de la competencia china en la industria automotriz de EE. UU., con temores de que China domine el mercado de vehículos eléctricos y comprometa los intereses económicos de EE. UU. La Secretaria de Energía, Jennifer Granholm, advirtió contra el potencial de China para dominar las industrias de EE. UU., generando alarmas sobre proteger la autonomía económica del país.
El Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, criticó a EE. UU. por adoptar medidas restrictivas dirigidas a China, acusando a EE. UU. de dominar injustamente la cadena de valor global y obstaculizar la competencia justa. EE. UU. ha introducido regulaciones para limitar el acceso de China a tecnologías y equipos semiconductores críticos debido a preocupaciones sobre la aplicación militar e implicaciones estratégicas.
Las restricciones en aumento a las empresas chinas reflejan una estrategia más amplia para reducir la dependencia de China y mejorar las capacidades domésticas en sectores clave. La dinámica en evolución entre EE. UU. y China subraya los desafíos de equilibrar la competencia económica con los imperativos de seguridad nacional. Mientras ambos países navegan por tensiones geopolíticas complejas, las implicaciones de estas restricciones en el comercio global y la transferencia de tecnología siguen siendo un área de preocupación clave. El futuro de las relaciones entre EE. UU. y China dependerá de la capacidad de negociar compensaciones entre intereses estratégicos e interdependencia económica.
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