Terrill Stowe, instructor técnico, pasa sus días muy por encima de las llanuras de Nuevo México, capacitando a nuevos técnicos sobre el funcionamiento interno de los aerogeneradores. A pesar de los posibles peligros de trabajar a tales alturas, Stowe bromea con periodistas de AFP sobre la posibilidad de que alguien caiga, una triste realidad que nunca se ha materializado en sus 14 años en el trabajo. Ubicada a poca distancia de la frontera con Texas a lo largo de la Ruta 66, la imponente turbina eólica en el Mesalands Community College sirve como terreno de entrenamiento para técnicos aspirantes que desean unirse a la industria eólica en rápido crecimiento en Estados Unidos.
La industria eólica en EE. UU. ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, con alrededor de 75,000 grandes turbinas generando electricidad para millones de hogares estadounidenses. Sin embargo, esta expansión rápida ha creado un nuevo desafío: la escasez de técnicos calificados para mantener las turbinas. Stowe reconoce la lucha por mantenerse al día con el aumento de número de parques eólicos en todo el país. Como resultado, forma a una corriente constante de estudiantes cada semestre, enseñándoles desde cero antes de que asciendan a la altísima góndola de la turbina por encima del suelo.
A medida que la industria eólica ha evolucionado, también lo han hecho los estándares de seguridad para los técnicos que trabajan en los aerogeneradores. Stowe recuerda las condiciones peligrosas que enfrentó en los primeros días de su carrera, incluido arrastrarse sobre láminas de hielo congeladas en la parte superior de las turbinas en condiciones climáticas extremas. Los rayos y los vientos fuertes eran peligros comunes que los técnicos tenían que sortear, a veces arriesgando sus vidas para reparar la maquinaria. Hoy en día, los protocolos de seguridad son mucho más estrictos, con los técnicos rehusándose a subir en condiciones climáticas dudosas y priorizando el bienestar de los trabajadores por encima de todo.
Trabajar en la industria eólica no es para los débiles de corazón. Requiere un conjunto único de habilidades, una sólida ética laboral y una disposición para enfrentar los desafíos de frente. A pesar de los riesgos y controversias que rodean a la industria, la demanda de energía limpia continúa impulsando su crecimiento, creando nuevas oportunidades para trabajadores calificados en el campo. A medida que la tecnología avanza y la industria evoluciona, también lo harán los programas de formación que preparan a la próxima generación de técnicos eólicos para los desafíos que les esperan.
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