La interpretación de Scarlett Johansson como Black Widow en el Universo Cinematográfico de Marvel resonó con fans de todo el mundo. Su momento definitorio en Los Vengadores de 2012, donde escapa fácilmente de la cautividad, la solidificó como una heroína para todos los aficionados. A pesar de no tener superpoderes, el entrenamiento y la resistencia de la Viuda Negra en la Habitación Roja la convirtieron en una fuerza a tener en cuenta entre sus compañeros superpoderosos.

No fue hasta 2021 que la Viuda Negra finalmente recibió su propia película en solitario. La película se estrenó en cines y en Disney+ durante los efectos persistentes de la pandemia de Covid-19. La dedicación de Scarlett Johansson al personaje fue evidente en su decisión de emprender acciones legales contra Disney, alegando incumplimiento de contrato debido al lanzamiento simultáneo en streaming. El arreglo de la demanda mostró el compromiso inquebrantable de Johansson para defender el valor de su trabajo.

Recientemente, Scarlett Johansson se encontró en desacuerdo con el gigante tecnológico OpenAI por el uso de su voz en su nueva interfaz ChatGPT. Johansson afirmó que la voz de la inteligencia artificial, llamada Sky, se asemejaba notablemente a la suya, lo que causaba confusión entre sus amigos y los medios de comunicación. El CEO de OpenAI, Sam Altman, negó cualquier semejanza intencional con la voz de Johansson, pero expertos legales sugirieron que Johansson podría tener un caso contra la empresa.

Tras el llamamiento público de Johansson contra OpenAI, la opinión pública se inclinó abrumadoramente a favor de la actriz. Críticos y comentaristas señalaron las implicaciones éticas de utilizar la imagen de alguien sin su consentimiento, señalando paralelismos con temas de privacidad y autonomía en un mundo cada vez más digitalizado.

La postura de Johansson contra OpenAI la posicionó como defensora de aquellos preocupados por la intersección de la tecnología y la identidad personal. La ironía de la situación radica en el hecho de que la voz de Johansson se hizo deseable para aplicaciones de inteligencia artificial precisamente por su papel como asistente de IA en la película «Her». Las líneas borrosas entre la ficción y la realidad subrayaron las complejidades de la tecnología moderna y las consideraciones éticas que conlleva. El viaje de Johansson desde heroína de Marvel hasta defensora de la IA destaca los desafíos de navegar en un mundo donde los reinos digital y físico están cada vez más entrelazados.

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