Después de un agotador día, las tareas domésticas son lo último que me apetece hacer. Pero a veces me relajo jugando videojuegos en los que organizo y arreglo objetos domésticos en salas de estar, cocinas y baños. En un juego, las tareas domésticas pueden ser emocionantes. Como el exitoso juego independiente «Untitled Goose Game» y la serie de gran éxito «Los Sims», los juegos a los que me refiero posicionan la realización de tareas mundanas como entretenimiento y arte. Aquí te presento cuatro innovadores videojuegos australianos en los que los jugadores realizan tareas domésticas que, en la vida real, suelen ser repetitivas o desagradables. Pero en los juegos, estas actividades pueden ser entretenidas y relajantes.

En Moving Out (y su secuela, Moving Out 2), eres un empleado de mudanzas con un límite de tiempo para trasladar objetos como refrigeradores, camas y sofás fuera de las casas. Creado por estudios australianos y suecos, Moving Out también cuenta con el equipo que hizo el juego de cocina «Overcooked». En Moving Out, la mudanza es una actividad atlética. Los planos de planta y los patios son como circuitos de obstáculos con animales, piscinas e incluso fantasmas. Los jugadores mueven muebles en casas encantadas y en estaciones espaciales. Cada nuevo escenario aporta una sensación de irrealidad a lo que, en la vida real, sería una tarea bastante aburrida: mover cosas de un lugar a otro. Los videojuegos nos permiten hacer cosas que son inaceptables en la vida real. En Moving Out, los jugadores ahorran tiempo rompiendo ventanas y lanzando objetos en lugar de usar las escaleras. Se nos invita a disfrutar de los placeres de la imprudencia. En un mundo obsesionado con comprar casas y cada vez más cosas para llenarlas, Moving Out ofrece la destrucción de propiedades como una alternativa catártica.

En Unpacking, que se describe a sí mismo como un «juego de rompecabezas zen», aprendes sobre la vida de alguien desde su juventud hasta la edad adulta ordenando sus pertenencias a través de una serie de mudanzas. Hacer tareas mundanas en un juego puede sacarnos de nuestras propias vidas para explorar las vidas de otras personas y entornos inesperados. Unpacking nos permite ordenar las posesiones del ocupante invisible, pero su vida sigue siendo un misterio. El arte de píxeles del juego hace que las portadas de los libros y las entradas del diario sean tentadoramente ilegibles.

En Florence, tienes un espacio de almacenamiento limitado para objetos como utensilios de cocina, ropa y libros. El diseñador principal de este juego también creó el juego de rompecabezas enormemente popular «Monument Valley». Cuando la pareja de Florence se muda, aprendes sobre sus diferencias mientras encuentras espacio para almacenar sus pertenencias. Al igual que en Unpacking, Florence nos permite hacer tareas domésticas familiares en un entorno poco familiar. El jugador organiza las posesiones de los personajes, pero no tiene conocimiento de las palabras que la pareja intercambia en los bocadillos de diálogo en blanco.

En Rumu, eres un robot aspiradora que limpia derrames de alimentos y bebidas y ordena la ropa mientras investigas la desaparición de los dueños de la casa. Esta aspiradora no es solo un electrodoméstico, sino parte de un hogar futurista donde el asistente de inteligencia artificial tiene problemas emocionales. La casa en Rumu es como un laberinto; llena de dispositivos y secretos, este entorno está diseñado como un rompecabezas que los jugadores deben resolver para desplazarse de un lugar a otro. El hogar está lleno de electrodomésticos «inteligentes» avanzados pero está abandonado, disfuncional y alienante. Una vez más, lo surreal se mezcla con lo cotidiano.

Estos ejemplos no son juegos nuevos, pero reflejan el crecimiento en popularidad de los entornos cotidianos en los juegos donde se pueden realizar tareas mundanas como entretenimiento. Estos juegos nos invitan a relacionarnos de manera diferente con los entornos y el trabajo cotidiano. Pueden confirmar la visión del filósofo y sociólogo francés Henri Lefebvre de que lo cotidiano puede ser surreal, extraordinario, sorprendente y mágico. En estos juegos, las tareas cotidianas implican encuentros con robots, extraterrestres y lo sobrenatural.

Las mujeres dedican más tiempo al trabajo no remunerado que los hombres. Pero con las mujeres representando casi la mitad de los jugadores de videojuegos en Australia, estos juegos también nos permiten desafiar las normas en torno al género, el trabajo y la vida doméstica. Por ejemplo, es posible que los jugadores puedan elegir entre avatares de varios géneros y especies, o controlar a un personaje con rasgos tanto masculinos como femeninos. Los juegos vinculan el trabajo doméstico a la fantasía y la aventura, desafiándonos a imaginar la vida cotidiana y los lugares comunes como extraordinarios.

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